HISTORIA
 

Nuestros orígenes

 

         Sin duda alguna, los orígenes de los antepasados de Bezas se encuentran en las inmediaciones del pueblo, en Las Tajadas. Allí ha sido donde se han encontrado los indicios de nuestra cultura.

         La difusión del arte “levantino”, se realizó en toda su área con una acusada comarcalización, traduciéndose en un convencionalismo estilístico que se va extendiendo en compactos núcleos con numerosos yacimientos agrupados y grandes territorios vacíos.

         No es fácil establecer una ordenación cronológica de las diferentes expresividades de la cultura levantina, naturalistas, estilizados, seminaturalistas, semiesquemáticos o incluso absolutamente esquemáticos. Así pues, aparecen bajo la misma denominación las pinturas blancas y rojizas de Albarracín y Bezas con las estilizadas de Alarcón o de Los Casares.

         Conjunto excepcional es el del rodeno, con grabados naturalistas autónomos del arte levantino; Fuente del Cabrerizo, Toricos del Prado del Navazo, Cocinilla del Obispo, Arrastradero y el abrigo del tío Campano entre otros. Ya en el término de Bezas, con figuras estilizadas, en Las tajadas - Bajera, Enmedio y Somera o Peña del Hierro -, así como en los abrigos del Huerto y la Paridera.

         A menos de dos kilómetros de Bezas de camino a Valdecuenca, podemos ver a la derecha de la carretera un barranco por el que discurre el regachuelo, en el margen opuesto vemos el inmenso roquedal de formaciones triásicas en alineación Norte-Sur con la denominación expresiva de “Las Tajadas” que explica la estructura del conjunto, cortados verticales pulidos por los agentes atmosféricos y separados unos de otros formando en ocasiones verdaderos laberintos de piedra.

         En el sector norte de la Tajada Bajera encontramos un abrigo protegido por el saliente de la roca, en el fondo descubrimos tres series de puntos ordenados en otras tantas líneas suavemente onduladas. La coloración parda-rojiza de óxido, pudo hacerse de forma táctil con los dedos hasta conseguir esas formas circulares. Estos signos, no son una novedad en el arte rupestre,  pero seguimos sin conocer lo que verdaderamente representan. Al lado de éstos, encontramos la pintura semiesquemática de un cuadrúpedo, posiblemente un cérvido casi desaparecido.

         En la Tajada Enmedio, volvemos a encontrar otro abrigo que no difiere del anterior;  podemos ver un ciervo adulto de color rojizo oscuro por lo que es difícil su apreciación, se ven así mismo, los cuartos delanteros de otro ciervo, habiéndose perdido por las filtraciones la parte posterior. En el fondo de la cueva, vemos nuevas pinturas; una cierva con su cría en actitud de pacer.

         La industria lítica encontrada en la Tajada Bajera consta de materiales de sílex y cuarcita desde el estilo más rudimentario y arcaizante, hasta ejemplares que podrían enmarcarse dentro de los primeros esbozos de la edad de bronce. Núcleos amorfos, percutor de cuarcita, útiles de sílex, lascas agudas y de filos cortantes son algunas de las más interesantes. Todos estos materiales han sido recogidos a flor de tierra o en procesos poco precisos de excavación, siendo pues difícil fijar su cronología, esta se podría situar en el Paleolítico Superior, período Solutrense. Se han encontrado así mismo, dos hachas de piedra negra bien pulimentada posiblemente del Neolítico.

         En cuanto a la cerámica encontrada, podemos catalogarla en: Cerámica Incisa, plástica o de relieves, de superficie rugosa, lisa carenada, con decoración acanalada, grafiteada y cerámica excisa. Ésta última ha sido la que ha alcanzado mayor relevancia por el hallazgo de fragmentos pertenecientes al mismo recipiente, lo que ha permitido su restauración determinando las dimensiones y contemplando la riqueza de su decoración, “el gran vaso de las Tajadas”. Tal hallazgo tuvo lugar en la cara sur de la Tajada Bajera en un terreno destinado al cultivo; el huerto del Toril. El recipiente mide 16 centímetros de altura por 38,5 de anchura en la boca y 46 en la máxima convexidad. Elaborado a mano, consistente y de color moreno. Su datación es del período de Hallsttat, (cultura danubiana),  bronce final, primera fase de la Edad de Hierro (1000-400 a J.C), donde se asocia la excisión a la técnica de boquique con clara influencia del mundo de Cogotas.

Además de todo lo expuesto, se han encontrado también diferentes utensilios de asta y hueso, así como objetos de metal. La metalurgia del cobre tendría gran relevancia en la cultura de las Tajadas, los objetos de adorno, armas y demás utensilios encontrados, así lo demuestran.

Fue localizado así mismo un enterramiento si bien las condiciones del mismo no permitieron un exhaustivo estudio.

La Tajada Somera o Peña del Hierro también nos guarda sus secretos, aún por desvelar como la mayor parte del territorio, pues excepto el estudio realizado por Teógenes Ortego hacia el 1942 con la inestimable ayuda de nuestro paisano Julián Sánchez, no ha habido ningún otro estudio.

Así pues, una sucesión de tribus, pueblos y corrientes culturales tomaron como asiento las Tajadas, desde el Paleolítico Superior a la Tène, -cultura céltica propiamente dicha- pasando por el Neolítico y las edades del Metal. Podemos imaginarlos como cazadores nómadas que tomaron como vivienda estos parajes fáciles de defender, ideales para la caza en ojeo y cuyas cuevas proporcionaban un abrigo contra las inclemencias. El tiempo transformaría su modo de vida pasando de cazadores a recolectores, haciendo su asentamiento permanente.

Constituido un núcleo de pastores y agricultores –principio de vida urbana-, serían los Lobetanos, pueblo prerromano (siglos III-I A.C), los que morarían la zona del Rodeno, siendo su capital “Lobetum”, probablemente en la zona de Albarracín-Bezas. Este pueblo se fusionaría con los Turboletas, asentados en la zona de Teruel de origen celtíbero. Llevando el asentamiento hasta la época de la dominación romana.

Gracias a “Marcus Valerius Marcialis”, poeta latino de origen hispano (Bílbilis, cerca de la actual Calatayud,  40-104 d. J.C.), que supo cantar las bellezas de los bosques y fuentes de La Sierra, conocemos como se explotaban sus pinares y minas.

Durante dicho período, el pueblo autóctono de los lobetanos viviría su vida de agricultores y ganaderos sin apenas cambios.

La irrupción de los bárbaros, pueblos germanos y bizantinos obligaron a fortificar todos los núcleos urbanos. Así debió ocurrir también en la actual Albarracín en torno a la Iglesia consagrada a Santa María. Allí se organizaría la Capital económica y política de toda la comarca incluidos los territorios de Bezas.

Aragón y por ente, la Comunidad de Albarracín tal como la conocemos, es una creación absolutamente medieval. La palabra Aragón para designar una comunidad humana se remonta al año 828, "la tierra de los Aragones", de suelo abrupto, difícil de cultivar y aislado por elevadas montañas. A comienzos del siglo VIII llegaron los primeros contingentes de musulmanes al Valle del Ebro. No les costaría adueñarse del país dado que la mayor parte se sometió por capitulación. Ya en el siglo X tenemos constancia del asentamiento de la familia de origen bereber "Banu Razín” en Santa María de Oriente; primer nombre de Albarracín. La estructura socioeconómica y de explotación de los territorios que se desarrollara a lo largo de toda la Edad Media y épocas anteriores, no sufriría cambios, siendo el único sistema aún existente en España dado el fuerte arraigo que tuvo en toda la serranía.

Sería “Abu Muhammad Hudail Ben Jalaf Ben Lubb Ben Razín”, el que rompería con los lazos de obediencia a Córdoba, creando una taifa que duró más de un siglo. Este carácter indómito e independentista no decaería con los años; al contrario,  fue la última junto a Zaragoza en claudicar ante las dinastías almorávides, siendo pues esencial para el futuro de la comarca.

Frente a la presión de los reinos cristianos, van desapareciendo los reinos de Taifas. Los Almorávides se apoderan de “Santa María de Aben Razín” y posteriormente caerá, al igual que el resto de Aragón, bajo la influencia de los reyes de Pamplona. Fue ocupada por el caballero navarro Pedro Ruiz de Azagra, primer soberano cristiano de Albarracín, que seguirá manteniendo la independencia del pequeño estado proclamándose “Vasallo de Santa María y Señor de Albarracín”.

A partir del año 1.160 será ya “Santa María de Albarracín”.

La Comunidad se fraguó a comienzos del siglo XIII bajo la iniciativa de D.  Pedro Fernández de Azagra, tercer señor cristiano independiente. Hábil negociador frente al rey de Aragón, Jaime I el Conquistador, incorporó su feudo a las huestes guerreras de la monarquía. Persuadió a la población serrana con la supresión de gabelas e impuestos, a la donación al pueblo de los bienes comprendidos en el área de los Montes Universales. Durante su reinado trajo multitud de vasallos navarros para mejor sostener su independencia; muchos de esos apellidos aún perduran en la serranía. Sus sucesores gobernaron como Señores Feudales hasta bien entrado el siglo XVI.

La jugada resultó maestra al lograr para la Comunidad de Albarracín uno de los fueros más antiguos de España. En el año 1.300 recibió de Jaime II el título de “Ciudad”. Albarracín conservaría su derecho foral hasta el reinado de Felipe II en que fue integrado –junto con Teruel-, al régimen jurídico aragonés, 1598.

Este carácter indómito de la serranía con Albarracín a la cabeza, se lo recriminó la historia castigándola con el ostracismo.

         Bezas, fue aldea de la ciudad de los Azagra hasta el 22 de Noviembre de 1843, en que es declarado municipio independiente al aprobarse su señalamiento de término; tal proceso queda minuciosamente reflejado en la "Carta Puebla". Su historia se remonta no obstante, a varios siglos atrás. Existen documentos en el propio Ayuntamiento, copias realizadas por Mos. Juan Ant. Sánchez, de otros originales: “Copia de la Concordia –División del Patio- de la Ciudad y Comunidad de Albarracín con la Ciudad y Comunidad de Teruel”, en los que se hace referencia al amojonamiento por el Señor Rey D. Jayme “por sentencia real dada en el Zerro llamado la Hombria del Puerco, dia Domingo a 13 de Octubre año 1308”. Copia de la “Concordia el año 1557 en Zella, fol 4 y fol. 18 b. Presidida por el Ilustrísimo Sr. Obispo D. Sebastián”. “Copia de la escritura de las casas, era, pajar y Zerrada (que su Excelª se reserva en la escritura principal de  treudo  dada al pueblo de Bezas, testificada por Domingo Torres en el año 1612. Notº. R. Domiciliado en Alcala de la Selva) a favor D. Juan Ximenez Tormon, Notario R. Domiciliado en Santa Mª de Albarrazin:) hecha por Mos. Juan Ant. Sanchez a 2 de Marzo de 1819”. Copia de la escritura otorgada en 1612 por el Conde de Fuentes Don Juan Jorge Fernández de Heredia; “...a vosotros los vecin. Y Havitadores,  Concego y Universidad deel Lugar de Vezas, Aldea de la Ciud. De Albarracín presentes y acceptantes, para vosotros, y a los vuestros herederos y sucesores" mediante la cual se daba a los vecinos del lugar los  aprovechamientos de labor, pastor y leñas existentes  en la Dehesa del Valdermoso, mediante el pago de un treudo anual y perpetuo de dos mil setenta sueldos.

        La primera constancia escrita que tenemos sobre los habitadores de Bezas se remonta a 1589, "Concejo general universal y singulares personas vecinos y havitadores de la Ciudad y tierra de Santa Mª d. Albarrazin"; donde queda plasmado el carácter impetuoso de aquellas primeras gentes “Cristianos nuevos”, en el llamamiento que hace el Conzejo para  “avezinar el lugar  de Bezas, aldea de la Ciudad de Santa Mª de Albarrazin, por Cristianos Viejos que puedan ser un freno  para no hacer y convertir tan a rienda suelta los insultos ladronicios y otros delitos tan atrozes y malos como se hacen”. “Fecho fue lo sobredicho en la Ciudad de Sta. Mª de Albarrazin a 24 días del mes de Agosto del Año contado del Nacimiento de N. Sr. J-Christo de mil quinientos ochenta y nueve”. Con posterioridad y después de la expulsión de los moriscos en el 1611 se ofrecieron nuevamente donativos y tierras a los que se avecinasen en la aldea (ver BEZAS, en: Iglesias de la Sierra).

 La Comunidad de Albarracín aparece dividida en cuatro Sesmas (ó Sexmas)  –pueblos asociados para la administración de bienes comunes- que comprenden todas sus poblaciones:

Sesma de Jabaloyas: Jabaloyas, Terriente, Saldón, Bezas, Valdecuenca, El Vallecillo, Toril y Masegoso.

Sesma de Bronchales: Bronchales, Orihuela del Tremedal, Ródenas, Pozondón y Monterde.

Sesma de Villar del Cobo: Villar del Cobo, Guadalaviar, Griegos, Noguera y Tramacastilla.

Sesma de Frías de Albarracín: Frías de Albarracín, Moscardón, Calomarde, Royuela y Torres de Albarracín.

Los terrenos comunales ocupan una parte importante de la sierra, conformando un mapa característico y único en España, restos de un pasado glorioso. Tales terrenos pertenecen a la Comunidad de Albarracín, en un total de 23 ayuntamientos.

LEY 1/2003, de 11 de febrero, de creación de la Comarca de la Sierra de Albarracín.